jueves, 20 de noviembre de 2014

Convocatoria a proceso de trabajo emocional colectivo para mujeres: Terapia de Reencuentro en Honduras, 2015


Acompañan:
Tejedoras de sueños, Honduras
Centro Qanil, Guatemala
Centro cultural Malayerba, Honduras



Lugar: Casa de las Tejedoras, Pasaje El Almendro,  bloque Q, casa número 4
 Colonia Municipal, San Pedro Sula,  teléfono 25599528

El proceso iniciará el mes de febrero del 2015 y finaliza en noviembre del mismo año, con un taller de día y medio cada mes.

Para más información comunicarse al número telefónico de las Tejedoras de Sueños con Nelly del Cid o escribir al correo: tereencuentrohn@gmail.com

Quiénes somos nosotras:

El centro Q´anil es concebido como un espacio que pretende contribuir a la regeneración del tejido social desde procesos formativo-vivenciales y de investigación Transpersonal. Acompañamos a mujeres y hombres que estén en disposición de sanar desde su autoconocimiento personal, sus vínculos afectivos, la elaboración de sus duelos y su compromiso con la transformación de las realidades que vivimos. http://centrosanacionqanil.blogspot.com/

Tejedoras de sueños es un programa, ubicado en el sector Sur-este de la ciudad de San Pedro Sula, Honduras, que busca contribuir desde una espiritualidad ecofeminista  y de noviolencia,  que las mujeres logren plenitud de vida en armonía e interdependencia con toda la creación, generando nuevos aprendizajes que tienen como punto de partida el derecho a ser feliz.

Centro Cultural Malayerba es una iniciativa dis-locada, intencionalmente improvisada que pretende proponer que para el juego, la vida buena, la emancipación y la creatividad con alegría no hay límites. Un espacio virtual, una intención anarquista sin amos, naciones, patrones ni sujeciones. Propuesta de que la utopía colectiva es posible hoy en cualquier lugar del mundo.

¿Qué es el proceso?
Bajo el cuidado terapéutico de Yolanda Aguilar, terapeuta, antropóloga, feminista,  quien viajará cada mes desde la ciudad de Guatemala, y el colectivo de Qanil; sostenida sobre la experiencia política, cultural, feminista de Tejedoras y las Malayerbas, la propuesta se inscribe en la llamada Terapia de Reencuentro, desarrollada por la española Fina Sanz, (http://www.institutoterapiareencuentro.org/) y adaptada a estas tierras de Abya Yala por la experiencia de terapeutas locales.   
Es un proceso de sanación personal y colectiva. Entendemos que en los movimientos sociales  esta idea de sanar cuenta con rechazo político puesto que se considera opuesta a la lucha y la transformación.  Además que sanar  hace alusión a  enfermedad, estamos proponiendo que sean sobre todo activistas las que participen de esta serie de reuniones-talleres terapéuticos porque las condiciones en que vivimos las mujeres en Honduras vinculadas a luchas desde distintos lugares, sin duda provocan cansancio excesivo, sentimientos profundos de impotencia, depresión, ira descontrolada, miedo,  y porque no decirlo enfermedad expresada en variadas dolencias de nuestros cuerpos y emociones . Nos interesa proponer transformación desde el adentro, desde cada una, desde el interior de los colectivos. Sin embargo el proceso no es sólo para las activistas. Las mujeres como cultura nos sentimos atraídas por estereotipos románticos judeo-cristianos y de la izquierda revolucionaria acerca de “el más necesitado o la más necesitada”, asumiendo el peso de salvar a la humanidad y por tanto actuando según esta idea; renunciamos, muchas veces, a darnos el tiempo necesario para revisar lo que está pasando dentro de nosotras en relación a lo que vivo en mi país, lo que hago en mi organización,  cuáles son los límites de mi quehacer,  pero también en los vínculos que establezco con todas las personas que me relaciono y en el vínculo que tengo conmigo misma.
Nosotras estamos convencidas de que necesitamos sanarnos a nosotras mismas porque somos mujeres valiosas, estamos agotadas de la violencia dentro y fuera de nuestro cuerpo y nuestra vida es tan legítima como cualquiera otra.  Consideramos que en cuanto logramos transformar en nosotras las emociones, lo simbólico, los valores, los vínculos de maltrato, violencia, dominación y subordinación que promueve y refuerza el sistema patriarcal y que por tanto hemos internalizado, lograremos proponer, fortalecer o construir otros modelos socioculturales que posiblemente ya estemos ensayando,  pero que talvez nos falte darle credibilidad, es decir ese mundo justo, armónico, equitativo, donde todas y todos podamos convivir desde el respeto.
Insistimos en que la labor de  trabajo emocional se constituya en una acción sostenida y de largo aliento, donde construyamos un espacio de seguridad emocional de manera permanente en la vida que no dependa de alguien fuera, pero que sí se fortalezca por colectividades en donde nos relacionemos con más respeto, alegría, amor.
Nuestra propuesta es que nos reunamos una vez al mes, cada taller tendría una duración de un día y medio, considerando que es el tiempo necesario para hacer trabajo vivencial, procesar algunas emociones y  reflexionar sobre la experiencia.  
El proceso consta de tres momentos interrelacionados, partimos del auto-conocimiento que nos ayuda a sentir el propio espacio corporal, empezar a escucharnos a partir de reconocernos y sentir placer, no solo malestar en el cuerpo. Recuperamos el sentido placentero de la experiencia corporal como un recurso terapéutico y de autoayuda.
El segundo momento que desarrollaremos nos permitirá darnos cuenta que los vínculos afectivos que establecemos con nosotras mismas y con las demás personas las cruzan relaciones de poder, establecemos pactos amorosos que generalmente nos hacen daño o hacen daño a otras/os, generando desarmonía, dolor interminable e inestabilidad emocional. Identificaremos los guiones de vida que nos hacen daño y que reproducimos en nuestra vida cotidiana.
Por último, en el tercer momento aprenderemos a despedirnos de situaciones, ejercicios políticos,  relaciones afectivas, guiones de vida o patrones culturales que nos han dañado. Desapegarnos de personas, situaciones, actitudes, comportamientos, creencias, relaciones o emociones con las que ya no necesito vincularme o de las cuales necesito despedirme.

Objetivos
              Impulsar un proceso grupal que permita reconocer la necesidad de mantener paralelamente al desarrollo del trabajo dentro de las organizaciones y los espacios de resistencia, un trabajo de sanación.
              Reconocer la necesidad de la construcción de nuevos modelos socioculturales de relacionamiento desde el Buentrato en lo social y en lo individual.

Objetivos específicos
              Crear un espacio que combine la formación reflexiva con procesos de sanación,  acompañamiento y cambio. 
              Que cada  compañera piense en lo que necesita, en lo que la alimenta, en lo que le genera satisfacción y bienestar para fortalecer la legitimidad de su vida personal y colectiva

Metodología
La metodología parte de un proceso vivencial-teórico, desde una mirada investigativa experiencial -vivencial- (tomar conciencia del cuerpo mismo), la cual implica la búsqueda constante de otras formas de conocernos y relacionarnos con la realidad que somos nosotras-os, para actuar sobre ella.
Ello es posible sobre todo, cuando llevan implícita una actitud de apertura. Apertura para reconocer que en mi ser está contenido el sentido fundamental del cambio y  reconocer la existencia de otros seres humanos mujeres y hombres, dándole valor a su conocimiento, a su experiencia de vida y a su propia voz. Permitiéndonos también dejarnos influenciar y ser cambiadas/os, por la misma experiencia humana.

Logísticas:
El proceso es autofinanciado, es decir que cada quien se hace cargo de sus gastos y su trabajo personal es su mayor compromiso, la terapeuta acompaña, pero cada una es responsable de la maximización del tiempo y el saber de todas.
Cada taller cuesta 1,000 lps, que deben ser pagados puntualmente en la fecha, pues de ahí se obtienen los recursos para los pagos profesionales y logísticos. Cada persona deberá pagar por su propio proceso y hacer el trabajo que le corresponde para su bienestar.
Las compañeras de Tejedoras están poniendo a disposición su local, mobiliario y recursos didácticos, así como el espacio para hospedar de manera modesta a quienes lo necesiten, pero deben traer sus ropas de cama,  y ellas van a brindar el almuerzo de los dos días de taller para todo el grupo.
El colectivo Malayerba se hará cargo de los procesos de comunicación y sistematización durante las diez sesiones para que al final exista un registro reflexivo sobre el profundo cambio que se produce en las personas y sus colectividades, con lo cual podemos empujar otros procesos.
Este espacio NO es una capacitación para terapeutas.